De hijos, deporte, padres...



A menudo los padres olvidamos que nuestros hijos son otra persona, no son nuestra prolongación, no son un espejo, no son el alivio a nuestras frustraciones. Aunque parece inherente a la condición humana buscar algo en lo que moldear nuestros deseos y suavizar nuestros defectos, ya que no somos capaces de hacerlo en el original; también tenemos el entendimiento para comprender que esto a nada conduce.


Muy importante es entender que no siempre nuestra idea de éxito o triunfo, se corresponde con los valores de otra persona, mucho menos con los de un joven , adolescente o niño. Cada persona debe encontrar su camino y su ideal de triunfo, los padres deberán encauzar y animar, premiar y favorecer este camino, pero no imponer o condicionar.


Al  igual que en el viaje a Itaca,
 la mayoría de veces el triunfo no reside en alcanzar el podio, sino en el trayecto recorrido en el intento, en todo aquello que nuestros hijos van recogiendo cuando intentan llegar a lo alto, amigos, valores, experiencias, sacrificio, honestidad, respeto al adversario, conocimiento de las propias limitaciones, etc.
Intentemos que el viaje sea alentador, gratificante, y sobre todo, que sea SU viaje.
John Doe